Hace 12 años
jueves, 30 de diciembre de 2010
La lona de al lado
El hombre de la lona de al lado se parece al Tigre Acosta. Un Tigre Acosta petiso, con la misma sonrisa socarrona y el pulcro pelo blanco. Viejo, pero atlético. Cada vez que lo miro, me está mirando. Ya sé que no es el Tigre. El Tigre está siendo juzgado en Buenos Aires, lo vi en Comodoro Py en el banquillo de los acusados, y además es más alto, creo, aunque no lo sé con seguridad. Pero no puedo con esta mirada y esta sonrisa que asoma casi imperceptible en las comisuras. No puedo con un Tigre Acosta en mi playa en mi luna de miel. Le pido a Jota que mudemos la lona.
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5 comentarios:
Miiiles de veces me pasó lo mismo. No en la playa, sino en cualquier lado. Hay muchos tigresacosta por ahí. Y como vos, no me puedo acordar si era alto o bajo. Era más bien encorvado,eso sí. Michi
pobre tipo que le tocó parecerse al enemigo
que terribles los fantasmas, que aparecen cuando menos se los necesita
(¿es una idea muy estúpida acercarse al tipo y contarle cuanto se parece a un famoso genocida? a modo de exorcismo)
un abrazo
mucha miel y mucha luna!
que terribles los fantasmas, que aparecen cuando menos se los necesita
(¿es una idea muy estúpida acercarse al tipo y contarle cuanto se parece a un famoso genocida? a modo de exorcismo)
un abrazo
mucha miel y mucha luna!
Mi suegra atesora una denuncia policial que el tigre Acosta le hizo a mí marido cuando tan solo tenía 3 años por haber mordido a su hijo en alguna plaza de Belgrano. Es su orgullo!
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