lunes, 3 de abril de 2017

8 meses de embarazo

El pensamiento se aproxima, lo alejo como quien espanta un insecto, pero vuelve. Por suerte necesita de un cálculo y soy lenta para las matemáticas y eso me da tiempo para ahuyentar conscientemente esa idea malvada de que me acerco al tiempo de gestación que tenía Paty cuando se la llevaron y mi cuerpo de ahora probablemente sea su cuerpo de entonces, ancho, torpe. No tengo que pensar en eso, me digo, es una trampa y lo peor de todo: es un cliché. La semana 35, no puedo evitarlo, en algún momento la batalla entre ese pensamiento y yo la gana ese pensamiento y el cálculo se hace casi solo, Paty tenía fecha para el 27 de noviembre o algo así, está en la denuncia original de Site incluída en la llamada -ATENCIÓN COLEGAS DE LA ACADEMIA- "Carpeta Madre" de ***. Semana 35 o incluso 34. Pienso en mi dieta y en la suya, lo poco que comería si un huevo duro o un sachet de leche eran algo digno de remarcar, lujos. Pienso en mis paseos al canal y en ella atada a la pata de un escritorio. Pienso en que no quiero estar lejos de Jota estos días. En que me siento vulnerable como una cierva herida. En que mi cuerpo ya no tolera la cama aunque es una cama Malm de IKEA con un colchón Morgedal de látex que ayuda a que el cuerpo se relaje por completo, porque alivia las presiones musculares y proporciona un soporte preciso. Seguramente no es el mejor colchón de Alemania porque Alemania es el emporio de la Matratze, hay una variedad abrumadora de materiales, diseños y precios, pero de todos modos es un buen colchón, aprobado por una multitud de mileuristas europeos. No sé cómo era el colchón de Paty, si lo había. No sé ni quiero ir a buscar el dato al testimonio de B., no quiero estar pensando en esto ahora, quisiera estar en la clase de yoga en la Fichtestraße cantando un mantra que según la instructora quiere decir "Ich bin Mutter" y no en la RIBA ni en la ESMA. Es un cuarto al frente en la planta baja, hay visillos en la parte baja de las ventanas pero la luz eléctrica de la calle se cuela por encima y al ventilar se oye la lluvia que cae sobre el gris oscuro de las baldosas y los adoquines. Son las 5 pero hace rato que es de noche. En cambio en Morón en octubre a las 5 todavía hace calor y las piernas de las embarazadas de 8 meses se hinchan más que las de las embarazadas berlinesas, y más aún sin ningún canal con patos y cisnes y ningún puente azul, sólo un patio o jardín, una vuelta ocasional por ese patio o jardín, tabicada. 

viernes, 10 de marzo de 2017

Recuerdos del (pre)haunting

Un chiste frecuente en *** (no con el Nene, claro, con mis amigas) era el de los pasos que, decíamos, se oían sobre nuestras cabezas. Trabajábamos en una habitación con entrepiso y el entrepiso crujía. Era eso nada más, no aullidos ni cadenas. Crujidos. Pero crujidos en serie que semejaban pasos. En una oficina y en la otra, porque hubo una mudanza. En las dos trabajábamos en habitaciones con entrepiso. Y los pasos nos seguían.

¿Qué querían los fantasmas? En *** estaba claro, tan claro que compensaba todo lo demás. 

sábado, 11 de febrero de 2017

Superpoderes

Encontraron el cuerpo de Jose. Nos harán entrega de sus restos a G* y a mí en un acto formal que organiza una productora de televisión o el canal estatal. En el sueño, G* y yo estamos bien, entre nosotros quiero decir. Él parece más confiado y más contento con eso que yo, yo sigo escéptica en el fondo. Hay que recorrer diferentes lugares mientras nos filman para el especial que se transmitirá en vivo cuando por fin nos den el cuerpo: una sala teatral con muchas butacas, un campo abierto donde no parece haber nada más que yuyos. G* hace muchos chistes malos, yo me río un poco por compromiso, otro poco de verdad. Los dos tenemos superpoderes, pero no sabemos cuáles. Entonces probamos cosas como pegar golpes de karate en el aire a enemigos imaginarios a ver si eso tiene algún efecto en la realidad. Esos superpoderes desconocidos nos van a proteger en la lucha contra los malos, que no se terminó, que no se termina, aunque por ahora no haya ningún villano a la vista.