viernes, 31 de agosto de 2012

Siempre muere Argentina

Estoy en Buenos Aires. Es viernes. Mañana sábado vuelvo a Berlín. Estoy en una casa vacía, como si fuera una casa recién levantada. Me avisan que se murió Argentina. Me doy cuenta de que no puedo tomarme el avión mañana, porque me tengo que quedar para el velorio y el entierro. Me alegro de haberla visto ayer, después de cinco años de no hablarnos. La recuerdo con bolsas con comida en las manos. Está Jota, que es mi novio. No vivimos juntos. Jota me dice: No me puedo quedar esta noche porque tengo pobres. Él hace alguna cosa solidaria con pobres. Le contesto: esta noche la pobre soy yo. Jota se queda conmigo. No estoy triste por la muerte de Argentina, estoy contenta de haberla visto por última vez.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Poco para celebrar

A mi gusto, las partes más logradas de este artículo son las que me dictó la Princesa Montonera.

lunes, 13 de agosto de 2012

Lo logré, soy la Boluda Alegre de los Derechos Humanos

Estoy teniendo unos días muy princesamonto.

Mucha prensa. Mucha entrevista. Me encantaría poder llevar la cuenta de las entrevistas que di en mi vida. Serían por lo menos cuarenta y capaz que sesenta o más, porque doy entrevistas desde que era escandalosamente pequeña. Oh, pobre princesita.

Emprendí este sinuoso camino de la difusión del libro con la firme determinación de no dar testimonio. Pero sucumbí. Y les voy a explicar cómo se dio esa seducción testimonial, ponele.

Se dio de la mano de algo que el señor Matías Castañeda ha señalado bien: esa fuerza con la que tira hacia el pasado la información nueva.

Periodistas*: Antes de empezar quería confirmar esto: tus padres fueron detenidos en operativos simultáneos el 6 de octublablabla...

(*No es error el plural, fueron varios los que me pidieron esta confirmación inicial).

¿Operativos simultáneos? ¿Qué operativos simultáneos?

Prinzessin im Exil: Sí, bueno, no, no fueron operativos simultáneos, en realidad muy bien no sabemos, según mis abuelos se llevaron primero a mi papá y después a mi mamá y a mí blablabla.

Y así arranco la entrevista. Mal, mal, muy mal.

De todos modos eso no es lo más importante, no es lo que me hace volver a escribir en este blog (porque transcribir sueños es otra cosa). Lo que quiero dejar por escrito en acto solemne es mi propósito de no responder Nunca Más la pregunta sobre el humor. Ver título de este post.

Señores periodistas: con todo respeto, me atrevo a contarles que me aburro soberanamente (que es como nos aburrimos las princesas) de escucharme decir siempre lo mismo. Los invito a leer entrevistas disponibles en este mismo blog (ACÁ) y citarme libremente con respecto a este punto. Espero siempre con ansias el resto de sus preguntas y les pertenezco en cuerpo y alma porque los necesito mucho mucho y prometo no ser como Silvina Escudero que ahora no va a Intrusos cuando triunfe en el firmamento de la farándula argentina.

P
M

¡Es todo con humorrr!

lunes, 6 de agosto de 2012

Para que se relaman los podridos

Estoy con un grupo de chicas -mujeres jóvenes-. Somos cinco o seis. Nos movemos. ¿Estamos huyendo de algo? Es de noche, está oscuro, vamos de a dos o de a tres de un lugar a otro y nos volvemos a encontrar, siempre a la intemperie, en una esquina o un patio. Una de las chicas lleva un cochecito. En el cochecito hay dos bebés, un varón y una nena. No sé si son sus hijos. Ella camina por un lado, yo por otro, cuando vuelvo a verla no tiene el cochecito. Nadie lo tiene. Otra me explica, resignada: Patricia se olvidó los chicos.
Los imagino junto a bolsas negras de basura.