Y un día te encontrás escribiendo un artículo acerca de una obra de teatro en el Ecunhi y de pronto leés que tu mano izquierda escribió "ex Esma" y lo tenés que dejar y te da bronca, lo vivís como una renuncia, pero es así, porque estás hablando de cosas que pasan ahí ahora y tenés que aceptar que eso no es más aquello, que es otra cosa, aunque te resulte igualmente perturbadora, aunque cada vez que entres, incluso desde la escritura, estés entrando a la Esma, porque ahora de pronto la Esma es Esma y ex Esma al mismo tiempo, nota al pie, espectralidad, etc.
Hace 12 años
6 comentarios:
La Esma no puede dejar de ser nunca aquello que fue, esa es su condición de excepcionalidad, la singularidad de los sitios del horror. Ese predio, el predio, es un espacio arrancado, fuera del tiempo, habitado por fantasmas. Nuestra verdadera renuncia debiera ser aceptar sus límites, y seguir llamándolo por lo que fue y seguirá siendo, la Esma. Es una manera potente de nombrarlo, de recordar los horrores allí cometidos. Ahora, esa imposibilidad de transformarlo en otra cosa, sin que ese intento siempre parezca fallido y de poco alcance, no nos exime de seguir intentándolo, de múltiples maneras, con derivas posibles, con aciertos, con errores. La Esma es un escenario de lucha por el sentido, un verdadero campo de batalla. ¿Es necesario el consenso en Esma? No lo creo, bienvenidos los caminos diversos, entre todos quizás logremos aproximarnos a algún lugar inesperado. Olvidar el prefijo “ex” es hoy una falta grave en el ghetto de los derechos humanos. Todas las nomenclaturas que ensayemos serán insatisfactorias. Pero no deberíamos conformarnos rápidamente con “Ex-Esma”. Ante un espacio frágil e inestable como la Esma, lo mejor que puede hacerse es no imponer miradas únicas y cerradas, sino promover la diversidad de sentidos posibles.
Y pensando, andamos.
Con permiso, me inmiscuyo aquí, en este TU pensamiento porque dispara el mío.
Pienso (que nunca, nunca es sin "siento") en lo propio - lo apropiado - la apropiación. En la existencia que solo es completa o se vuelve digna cuando la se mía (Heidegger para mi). En la Identidad recuperada de los nietos y la "mala" apropiación. Y en la ESMA - ex ESMA inscrita en un curso de las cosas que no ME pertenece, sino más bien al revés.
Puntas de hilo que sigo como Ariana.
Palabra clave: espectro. El espectro es lo que es y no es al mismo tiempo, lo que ya no es, lo que ha dejado de ser, y sin embargo aparece en el presente.
Roxana: Por favor, adelante, para eso hay comentarios en este blog. Pero te aviso: todo la terminología que estás empleando es la establecida, la oficializada, para dar cuenta de apenas una dimensión de ese problema, el de los niños que nacieron en lugares como la Esma y fueron robados. Es difícil ir más allá y pensar otras cosas con esas palabras. A mí, por ejemplo, me excluyen. ¿Qué soy yo de la "apropiación" del bebé que mi madre dio a luz ahí? Nada, un tercero.
Es que justamente, toda palabra es corta, chica, "impropia" para hablar de (algunas de) las cosas. Un hombre dijo una vez que no se puede hablar de "eso" (él se refería a otra cosa, pero aplica aquí, perfectamente),pero sí "desde" eso.
La ESMA sigue siendo la ESMA. Y ella siempre fue ella y su fantasma. Esta OTRA COSA que se la llama ex EXMA también es la ESMA, no es otra.
Lo fantasmático es, por otro lado, lo que duerme en todas las cosas. Digo esto no para minimizar, ni para "categorizar": aquello que nos atraviesa a todos es o debe ser fundamentalmente amoroso. En ese sentido sabemos tanto el uno del otro como de nosotros mismos.. TODO y NADA si querés, pero al unísono, en un TODO AL MISMO TIEMPO que sólo la razón aparenta inclinar hacia uno u otro lado. Pienso en voz escrita sin pensar mucho en lo que digo: hay un "automático" como el de los actores de la escuela de Pompeyo que se me prendió... no quiero ser impertinente, ni "sabionda". Pero siento que "se" algo... y DESDE ese saber hablo. Gracias.
Una vez entré a la ex esma y no lo pude soportar, me fui. No me parece un espacio recuperable para espectáculos,y mucho menos para hacer un asado, solo lo veo para el recuerdo como un museo del horror. Como hicieron en Polonia con los campos.
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