Soñé que militaba en algún lado y estaba clandestina. Mis compañeros de ámbito eran Jota y Julián López. Julián tenía que dejar un pantalón para arreglar en lo de una costurera y teníamos miedo que al dar su dirección lo encontraran, por eso éramos muy cuidadosos al decidir dónde dejarlo. Juan Cabandié nos recomendaba un lugar pero nosotros elegíamos otro, donde había un empleado que era compañero (no así su empleadora, que era una burócrata del sindicato de la costura, copado por la derecha peronista). En un momento dado el sueño cambiaba y estábamos en los 70 y el objetivo era encontrar a Paty y evitar su caída. La encontrábamos y teníamos una reunión con ella donde estábamos todos: Jota, Julián, Cabandié, el trabajador y la burócrata de la costura, mi abuela y otra gente más. Paty no sabía quiénes éramos y como ella también estaba en la clandestinidad era muy cuidadosa con la información que nos daba. Tenía puestos unos anteojos ahumados rojos. Yo le pedía que se los saque, lo hacía y claro, era "una muchacha muy bella", radiante, sus ojos oscuros brillaban e iluminaban todo. Yo lloraba y me reía de la emoción de verla. Rompía todo el protocolo de lo que intentábamos hacer y me presentaba: "Soy Mariana, del futuro". Ella entendía que era su hija pero no me abrazaba ni nada. Era una militante fría y decidida. Después, en el sueño, yo pensaba que como yo, para ella, aún no había nacido, no había habido apego entre nosotras todavía. El hecho de que ella no conociera su final y nosotros sí la volvía vulnerable a nuestros ojos y a mi abuela la afligía terriblemente (lloraba y estaba muy enferma). Tratábamos de recomendarle a Paty ya no recuerdo qué medidas de seguridad, también relacionadas con arreglos de pantalones. Después íbamos a buscar a la burócrata del sindicato de la costura para secuestrarla o algo así y nos encontrábamos con Cabandié en un hotel futurista muy lujoso y el sueño se iba perdiendo por esas derivas.
Hace 12 años
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