Estoy otra vez en París, otra vez acompaño a Site a recibir ese premio que al final no sostuvo nunca en sus manos. Pero Site no está. Hay mucha gente en habitaciones oscuras. Está Cristina. Cristina Fernández de Kirchner. Pasamos de una habitación a otra. Ella está de pie detrás de un escritorio, como Néstor el Día de Mi Encuentro con Néstor. Alguien me la presenta, vuelve a parecerme menudita, como cuando me la presentó Site en París. Aquella vez dejé pasar la oportunidad, esta vez no voy a cometer el mismo error. Tengo poco tiempo. Le cuento muy veloz y sucintamente mis problemas: la "ley parche" que venía a corregir los errores de la 24.411, la que otorgó una indemnización para familiares de desaparecidos, contemplaba la situación de los hijos que al momento del cobro desconocían su identidad y estipulaba que en este caso las familias no quedaban subrogando al Estado, es decir que estos hijos no tenían que pedirle su parte de la indemnización a las familias sino que podían dirigir su reclamo al Estado, que así se hacía cargo de esta situación, pero ese artículo Menem lo vetó, la ley se promulgó sin ese artículo, y así se violó la voluntad de los legisladores, la suya, usted era legisladora en ese momento, usted era de los que habían pensando en la situación especial de estas familias, nuestras familias, que al final quedamos más vulnerables que todas las demás y hace siete años que mi hermano me está haciendo juicio porque la ley tal cual está lo habilita a esta interpretación, hace siete años que me embargó todo, ahora vengo de ganar en la Corte Suprema, van a citar al Estado como tercero, porque esto no es un problema entre particulares, es un problema con el Estado, que en lugar de reparar nos revictimiza, yo sé que a la larga voy a ganar, voy a llegar hasta la Corte Interamericana si hace falta y voy a ganar, pero usted podría ponerle fin a esta situación ahora.
Cristina me mira con susto. Entiendo que doy loquita con todo mi vómito verbal. Cristina se escabulle y se va. El sueño sigue por otros espacios oscuros y llenos de celebrities de la escena de los derechos humanos.
Cristina me mira con susto. Entiendo que doy loquita con todo mi vómito verbal. Cristina se escabulle y se va. El sueño sigue por otros espacios oscuros y llenos de celebrities de la escena de los derechos humanos.
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