Estoy teniendo unos días muy princesamonto.
Mucha prensa. Mucha entrevista. Me encantaría poder llevar la cuenta de las entrevistas que di en mi vida. Serían por lo menos cuarenta y capaz que sesenta o más, porque doy entrevistas desde que era escandalosamente pequeña. Oh, pobre princesita.
Emprendí este sinuoso camino de la difusión del libro con la firme determinación de no dar testimonio. Pero sucumbí. Y les voy a explicar cómo se dio esa seducción testimonial, ponele.
Se dio de la mano de algo que el señor Matías Castañeda ha señalado bien: esa fuerza con la que tira hacia el pasado la información nueva.
Periodistas*: Antes de empezar quería confirmar esto: tus padres fueron detenidos en operativos simultáneos el 6 de octublablabla...
(*No es error el plural, fueron varios los que me pidieron esta confirmación inicial).
¿Operativos simultáneos? ¿Qué operativos simultáneos?
Prinzessin im Exil: Sí, bueno, no, no fueron operativos simultáneos, en realidad muy bien no sabemos, según mis abuelos se llevaron primero a mi papá y después a mi mamá y a mí blablabla.
Y así arranco la entrevista. Mal, mal, muy mal.
De todos modos eso no es lo más importante, no es lo que me hace volver a escribir en este blog (porque transcribir sueños es otra cosa). Lo que quiero dejar por escrito en acto solemne es mi propósito de no responder Nunca Más la pregunta sobre el humor. Ver título de este post.
Señores periodistas: con todo respeto, me atrevo a contarles que me aburro soberanamente (que es como nos aburrimos las princesas) de escucharme decir siempre lo mismo. Los invito a leer entrevistas disponibles en este mismo blog (ACÁ) y citarme libremente con respecto a este punto. Espero siempre con ansias el resto de sus preguntas y les pertenezco en cuerpo y alma porque los necesito mucho mucho y prometo no ser como Silvina Escudero que ahora no va a Intrusos cuando triunfe en el firmamento de la farándula argentina.
Mucha prensa. Mucha entrevista. Me encantaría poder llevar la cuenta de las entrevistas que di en mi vida. Serían por lo menos cuarenta y capaz que sesenta o más, porque doy entrevistas desde que era escandalosamente pequeña. Oh, pobre princesita.
Emprendí este sinuoso camino de la difusión del libro con la firme determinación de no dar testimonio. Pero sucumbí. Y les voy a explicar cómo se dio esa seducción testimonial, ponele.
Se dio de la mano de algo que el señor Matías Castañeda ha señalado bien: esa fuerza con la que tira hacia el pasado la información nueva.
Periodistas*: Antes de empezar quería confirmar esto: tus padres fueron detenidos en operativos simultáneos el 6 de octublablabla...
(*No es error el plural, fueron varios los que me pidieron esta confirmación inicial).
¿Operativos simultáneos? ¿Qué operativos simultáneos?
Prinzessin im Exil: Sí, bueno, no, no fueron operativos simultáneos, en realidad muy bien no sabemos, según mis abuelos se llevaron primero a mi papá y después a mi mamá y a mí blablabla.
Y así arranco la entrevista. Mal, mal, muy mal.
De todos modos eso no es lo más importante, no es lo que me hace volver a escribir en este blog (porque transcribir sueños es otra cosa). Lo que quiero dejar por escrito en acto solemne es mi propósito de no responder Nunca Más la pregunta sobre el humor. Ver título de este post.
Señores periodistas: con todo respeto, me atrevo a contarles que me aburro soberanamente (que es como nos aburrimos las princesas) de escucharme decir siempre lo mismo. Los invito a leer entrevistas disponibles en este mismo blog (ACÁ) y citarme libremente con respecto a este punto. Espero siempre con ansias el resto de sus preguntas y les pertenezco en cuerpo y alma porque los necesito mucho mucho y prometo no ser como Silvina Escudero que ahora no va a Intrusos cuando triunfe en el firmamento de la farándula argentina.
P
M
¡Es todo con humorrr!
2 comentarios:
hace falta el dibujito de PM diciendo ji ji ji ji ji a lo Perla
ja! sos una genia (punto)
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